La depresión no es parte normal del envejecimiento, pero es un problema frecuente.
La depresión en las personas mayores con frecuencia se pasa por alto o no se detecta. Se culpa a los desafíos físicos, sociales y económicos de la vejez.
Pero si la depresión no se trata, puede deteriorar la calidad de vida e incluso llevar al suicidio.